EDUCANDO NIÑOS AMABLES

Por Claudia Agramonte Saba - -


Cómo los niños pueden aprender a ser amables

Ser amable significa ser digno de ser amado, es ser cariñoso, afectuoso, gentil, cortés, agradable, servicial, afable, incluso gracioso y risueño, cualidades todas que deben ser formadas en los niños desde la más temprana edad. Ser amable también es ser atento, brindar atención y respeto, sobre todo a los menos aptos, desvalidos, y necesitados.

La amabilidad no nace con el niño, éste es impulsivo por naturaleza, y a ser amable y cortés se aprende en las más diversas actividades de la vida cotidiana. Los niños asimilan las normas de comportamiento social en la medida que los adultos los entrenan y enseñan a comportarse de acuerdo con esas normas.

La amabilidad implica a su vez la igualdad, el tratamiento por igual a niños y niñas, y la delicada cortesía de unos a otros, por lo que han de aprender a ser corteses con todos los compañeros y compañeras, y ayudarles en todo momento.


Aprender a ser amable
El juego de roles, en el que es posible modelar las más diversas situaciones en las que esté implícito el ser amable y cortés, es una de las vías más importantes para que los niños aprendan a ser amables y corteses. Pero no hay nada más efectivo que el ejemplo del adulto para enseñar las normas de la amabilidad. Por eso, los padres deben ser modelos a imitar de estas cualidades.

El niño puede aprender y a ser amable cuando:

- Cuida de su cuerpo y de su imagen. Lavándose las manos antes de comer, cepillando los dientes después de cada comida, alimentándose bien, etc.
- Considera los demás, el otro. Saludando a las personas conocidas, demostrando afecto a los compañeros de la escuela y a los amigos, llevando algún regalo a la profesora, compartiendo su material escolar, jugando sin peleas con sus compañeros, dando de comer a su mascota, agradeciendo a su madre por la deliciosa comida, acompañando a sus padres a la compra, ofreciendo ayuda cuando alguien la necesita