SPM ES SU NOMBRE!!!

Por Claudia Agramonte Saba - -


"Amigas, está largo pero vale la pena, no dejen de leerlo".

La guerra de todos los meses

Todos los meses, antes de la llegada del periodo, tenemos que ver cómo nuestro cuerpo se hincha como un globo, cómo nuestras reservas de energía bajan a cero o cómo nuestro sistema lagrimal se activa a la menor oportunidad. Es lo que se conoce como síndrome premenstrual (SPM).

A pesar de que los anuncios de compresas y toallas, nos intenten convencer de “lo bonito que es ser mujer”, en los días de regla es cuando menos te alegras de tu condición femenina.





Cada mes, antes de la llegada de la menstruación, muchas mujeres (según las estadísticas el 80%, especialmente entre los 20 y los 40 años de edad) sufren los síntomas de esta alteración hormonal: retención de líquidos, sensibilidad a flor de piel, cambios de humor, dolor generalizado, fatiga… Es lo que se denomina el síndrome premenstrual.

Estrés premenstrual


El síndrome premenstrual no es un invento de la mujer para ser el centro de atención durante los días previos a la regla, como opinan muchos hombres. El cuerpo femenino se convierte en estos días en auténticas bombas hormonales.
Los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen de una forma tan drástica que perturban el equilibrio físico y emocional del cuerpo, produciéndose una sobrecarga que da lugar a lo que muchos médicos denominan ‘estrés premenstrual’.

También las endorfinas, sustancias producidas por el cuerpo humano para aliviar el dolor, y los niveles de serotonina, cuya disminución se relaciona con alteraciones emocionales como la depresión, se ven afectadas por los ciclos menstruales.

Todo ello hace que muchos médicos basen científicamente los síntomas del síndrome premenstrual en los cambios hormonales y las alteraciones de los neurotransmisores químicos que el cuerpo femenino genera habitualmente.


Los síntomas se producen de siete a diez días antes del sangrado mensual y suelen desaparecer cuando comienza el período.

Una semana de malestar general

Aunque los síntomas del síndrome premenstrual y la intensidad de los mismos varían de una mujer a otra, en general se producen de siete a diez días antes del sangrado mensual y suelen desaparecer cuando comienza el período.

Generalmente suele ser un trastorno leve y sin mayores consecuencias, pero un 2% de las mujeres que lo padece tienen síntomas físicos y psíquicos tan severos que les imposibilitan continuar durante estos días con su ritmo de vida habitual.




Trastornos físicos

Te levantas un día para ir a trabajar y cuando te miras al espejo, ¿qué encuentras? Una espinilla que delata que la menstruación está cerca. Entonces vas al calendario y constatas lo que ya intuías: te quedan menos de siete días para que te baje la regla.

Y es que los trastornos en la piel, como el acné o la dermatitis, son uno de los primeros síntomas que te avisan de que te encuentras en la fase premenstrual.
Otros síntomas, que seguro también te sonarán, son el trastorno del apetito, con antojos generalmente por el dulce; la retención de líquido, que provoca un aumento fantasma del peso corporal; la sensación de llenura y estreñimiento; hinchazón, especialmente de los senos; y dolores localizados en espalda, cabeza o articulaciones; además de fatiga y mucho sueño.

También es habitual que haya una disminución de la libido, piensa que las hormonas están alteradas y hasta que no se vuelvan a restablecer los niveles de estrógeno no hay mucho que hacer. Pero no hay por qué preocuparse, al inicio del ciclo el deseo sexual se vuelve a despertar.



Cambios psicológicos

Si bien sabemos cómo controlar los cambios físicos, es el estrés psicológico el que más afecta a nuestras relaciones personales, especialmente con el sexo masculino, que no entiende el por qué de nuestros cambios de humor.

Como respuesta a las variaciones hormonales nuestro cuerpo reacciona con sentimientos contradictorios. Se viven días intensos de gran hipersensibilidad emocional, por lo que es habitual pasar del amor al odio, de la ira al cariño, de la tristeza a la alegría, en cuestión de segundos.

Si como dice el viejo proverbio “todo depende del color del cristal con que se mira”, en estos días sólo existe uno: el negro. Disminución del amor propio, falta de confianza, ataques de llanto y depresión, constituyen los ingredientes fundamentales de nuestro estado emocional premenstrual.

Si a esto le añadimos la ansiedad que produce el no poder controlar estos sentimientos, la desdicha está servida.

La solución pasa por aprender a dominar nuestro cuerpo y no facilitar el camino para que las hormonas campen a sus anchas.

Un plan paliativo a tres bandas

El síndrome premenstrual puede interferir en nuestras actividades diarias si no se sabe cómo controlarlo. Si bien no existe un protocolo médico para este problema, un estilo de vida más sano te ayudará a lidiar con los síntomas.

Alimentación. En los días previos a la regla evita consumir alimentos que pueden ser agresivos para tu organismo, como la carne, la sal, el azúcar, queso, frutos secos o especias fuertes, así como el alcohol o la cafeína.

Ingiere una comida más sana y ligera, como ensaladas y verduras. Bebe mucha agua y toma infusiones. Además, asegúrate de abastecer al cuerpo de suficientes vitaminas y minerales, te harán falta.
Ejercicio. El deporte es una práctica que nos hace sentir bien siempre. Pero en los días previos a la regla, se vuelve fundamental. Un ejercicio físico suave te ayudará a aliviar los síntomas, tanto físicos como psicológicos. Una caminata o una sesión de piscina son unas buenas armas para combatir la sensación de tristeza

Estrés. Si al estrés premenestrual le unes el estrés laboral o familiar, ni tú misma serás capaz de soportarte. Por eso es fundamental que en estos días te tomes las cosas con más calma y huyas de todo aquello que pueda activar tus nervios. El yoga, ejercicios respiratorios o cualquier otra técnica de relajación puede ayudarte a liberar tensiones. Si tienes pareja, puede ser el momento perfecto para que muestre sus habilidades en la técnica del masaje.

Existen otras medidas caseras que también te pueden servir. Por ejemplo, un consejo útil que funciona bastante bien es controlar tu ciclo menstrual. Saber en qué etapa estás te ayudará a anticiparte a los síntomas.

El descanso también es clave para estos días. Debes dormir lo suficiente para que el cuerpo pueda afrontar con energía los cambios hormonales.

Por último, dedicar algún momento del día a alguna actividad lúdica te ayudará a relajarte y a controlar esos cambios de humor. Leer un buen libro, escuchar música, ir al cine o dar un paseo, pueden ser buenas opciones.


Síndrome disfórico premenstrual

Cuando los síntomas que hemos visto anteriormente se tornan más severos, especialmente aquellos de tipo emocional, tanto que llegan a trastornar la calidad de vida de la mujer, estamos hablando de una enfermedad denominada ‘síndrome disfórico premenstrual’.

En estos casos es fundamental acudir al médico. Él te dará las pautas que debes seguir para atenuar sus efectos. Entre ellas se encuentran:

Empleo de minerales y vitaminas. Calcio; manganeso y magnesio; o vitaminas B6, que tiene que ver con la producción de serotonina, E y D.Empleo de medicamentos. Antidepresivos, capaces de alterar la serotonina del cuerpo, para mujeres con un estado de ánimo bajo mínimos; tranquilizantes para la irritabilidad, el nerviosismo y el estrés; diuréticos, para problemas serios de retención de líquidos; ibuprofeno o antiinflamatorios no esteroidales similares, que alivian el dolor pélvico, el dolor de cabeza y disminuyen la fatiga; Bromocriptina, eficaz para el dolor severo de los senos; o píldoras anticonceptivas, que controlan los desarreglos hormonales al inhibir la ovulación.

Ellos también lo sufren

La mayoría de los hombres se suele meter mucho con las mujeres y sus menstruaciones. Algunos reaccionan manteniéndose al margen cuando estamos en lo que denominan “esos días”; los menos intentan comprendernos, mostrando todo su cariño.

Pero lo que seguramente desconocen es que ellos también sufren de un síndrome premenstrual llamado “síndrome de irritabilidad masculina”. Así lo denominó el científico Gerald Lincoln en la revista “New Scientist” (2002), quién descubrió que una baja en la testosterona torna a los hombres irascibles, hipersensibles, depresivos, con pocas energías y poco deseo sexual.

Un cuadro semejante al de las mujeres antes de la menstruación, aunque con la diferencia de que, en su caso, no responde a un ciclo biológico sino a situaciones externas de estrés, depresión o simplemente por cuestiones de edad.
Después de este descubrimiento, ¿será posible que los hombres entiendan el síndrome premenstrual como una respuesta natural del organismo y no como una situación caprichosa y neurótica asociada a la condición femenina?