NUNCA NUNCA DEBEN IR JUNTOS.

Por Claudia Agramonte Saba - -




Siempre hemos escuchado que no se deben ligar el alcohol y los medicamentos, sobre todo antibióticos; pero por qué?, la respuesta corta es que si lo haces no sabes como reaccionará tu cuerpo.

La explicación detallada es que el alcohol puede interferir con la absorción de algunos antibióticos como la eritromicina o con la eficiacia de la doxilina. También con ciertos antibióticos como ketoconasol, metronidazol, tinidazol y cefoperazona. Aún un sorbo puede ocasionar enrojecimiento de la piel, náusea, dolor abdominal, cefalea, disminución de la presión arterial, taquicardia y falta de aire.


Estos efectos se conocen como reacción disulfiram, denominada así por el fármaco que se prescribe a alcohólicos para evitar que recaigan. El licor es siempre un riesgo al combinarse con estas medicinas: verifica siempre los ingredientes de los jarabes para la tos y otros medicamentos sin receta y evita beber durante los tres días posteriores al tratamiento, para eliminar por completo la infección. Al iniciar un medicamento nuevo verifica el empaque los efectos del alcohol o pregunta a un especialista de la salud.