PARA VENCER LA ANGUSTIA

Por Claudia Agramonte Saba - -


Saber cuáles son las características de una crisis de angustia y las causas que las originan es necesario para saber qué hacer y qué medidas tomar para que no se produzcan. En el caso de que las crisis persistan lo mejor es seguir un tratamiento médico

Las crisis de angustia se caracterizan por una sensación de miedo y de sufrimiento por hechos que tememos que sucedan. Aparecen repentinamente, alcanzando su máxima intensidad en los primeros minutos, para desaparecer casi por completo al poco tiempo.


Van acompañadas de un malestar intenso generalizado además de otros síntomas como sudoración, palpitaciones, sensación de ahogo, náuseas o molestias abdominales. Aunque lo más frecuente es que duren poco tiempo, en algunos casos persisten durante horas, experimentando quien la sufre una sensación de peligro tan intensa que acude al médico con el temor de padecer alguna dolencia cardiaca, ya que se producen fuertes sacudidas del corazón y dolor precordial.

Consideran que estos síntomas deben de ser la causa de alguna enfermedad grave. Pueden presentarse de forma aislada o conjuntamente con otro tipo de trastornos: ansiedad, fobias, ataques de pánico, adicciones, etc. En estos casos son las crisis de angustia características de los trastornos fóbicos. Cuando no tienen relación con ningún estímulo externo y aparece de forma inesperada podemos decir que se sufre de trastorno de angustia.



Causas que las producen

Su causa principal es el miedo a perder el control de lo que nos rodea. Un excesivo temor a equivocarse o tener que enfrentarse continuamente a la obligación de tomar decisiones causa angustia en algunas personas.

No han de ser decisiones complejas ni de gran trascendencia, simples decisiones sobre la vida cotidiana pueden provocar una crisis en determinadas personas. La causa principal es el temor a la falta de control de todo lo que les rodea.

Necesitan tener su vida bajo control y, ante problemas o situaciones imprevistas, surgen estas crisis. Piensan permanentemente en las consecuencias que se pueden derivar de sus actos o decisiones, dándole continuamente vueltas y cambiando tanto de opinión antes actuar, que es casi inevitable que lleguen a caer en una situación de angustia.


Ante igualdad de circunstancias y ante situaciones similares, la forma de reaccionar de cada persona varía de unos a otros. Cada uno responde de forma diferente, la reacción depende más de la personalidad de cada uno que de las circunstancias que la puedan generar. Mientras unos pueden llegar a sufrir una crisis de angustia, otros se mantienen indiferentes.

Es importante determinar la causa de la ansiedad en quien lo sufre, saber a qué hora del día se siente más ansioso, qué la provoca, si reconoce los síntomas con rapidez y qué hace para superarla.


Qué podemos hacer

- Se recomienda buscar actividades que relajen o produzcan satisfacción o placer como pueden ser manualidades, pintura, cerámica, cine, lectura, etc. Y por supuesto, es muy importante el deporte que, además de disfrutar practicándolo, relaja. El deporte ha de ser moderado, de lo contrario agravaría la situación y podría ser una de las causas que las provocara, debemos olvidarnos del esfuerzo excesivo en la práctica del deporte y de buscar la superación continua.

- No debemos dejarnos llevar por la angustia. Al observar las primeras señales o síntomas del inicio de una crisis, debemos actuar cortando el pensamiento que puede producirla y conducirnos hacia otro tipo de pensamientos para variar de esta forma la respuesta emocional. Para lograrlo, es necesario mantenernos tranquilos y seguros.

- En el caso de no lograr la suficiente serenidad cuando se presenta la crisis, se recomienda aprender técnicas de relajación y respiración, practicando ejercicios que permita autocontrolarnos en el momento de la crisis de angustia.


Tratamiento

En este tipo de trastornos el tratamiento más adecuado es la psicoterapia, bien sea en grupo, familiar o individual. En algunos casos, el problema se puede solucionar únicamente con sesiones continuadas de psicoterapia. Pero, en otros, es necesaria la administración de ansiolíticos o antidepresivos, que sirven para disminuir los síntomas y calmar al paciente. En los casos en que se administran medicamentos, se recomienda la combinación de psicoterapia junto con los ansiolíticos o antidepresivos.

El tratamiento no debe abandonarse aunque se noten síntomas de mejoría. Debe ser el médico quien indique si el tratamiento debe o no ser interrumpido.

La psicoterapia está basada en aspectos cognitivos-conductuales.

La terapia cognitiva consiste en enseñar al paciente a cambiar o modificar los pensamientos que le originan la angustia.

La terapia conductual consiste en poner en práctica los cambios de pensamientos conseguidos en la terapia cognitiva. Ambas se complementan. El problema que se produce en torno a los tratamientos de las crisis de ansiedad es que, al ser una patología poco conocida y poco comprendida, con frecuencia es mal tratada.


CONSUTA A TU MEDICO.

FUENTE: PULEVA SALUD.