Ser uno mismo
Ser personas independientes y autónomas, con criterio propio sin necesidad de tener la aprobación de los demás, es fundamental para no dejarse influir por quienes nos rodean o por el ambiente. El miedo al rechazo y la falta de confianza en uno mismo y en nuestras posibilidades, es otro factor que tenemos que tener en cuenta para no dejarnos influir por los demás.
Todos deseamos ser independientes y autónomos, desde la infancia nos educan para ello y conforme pasan los años vamos lográndolo. Sin embargo, hay quien en ocasiones deja de ser uno mismo para adaptarse a los pensamientos o puntos de vista de la mayoría, se olvidan de sus creencias y convicciones y se dejan llevar por las de los demás, anulándose así mismo como personas y siendo meras marionetas de otros.
Debemos convertirnos en personas que sean capaces de dirigir su propia vida, actuando tal y como a nosotros nos gusta y deseamos, sin dejarnos influir por lo que hacen los otros o por sus opiniones.
Para ello, es fundamental tener gran seguridad y confianza en un mismo, saber con claridad lo que queremos, no buscar el reconocimiento ajeno sino el nuestro propio y saber decir “no” cuando sea necesario.
Autonomía personal
Para conseguir la autonomía personal hay que adentrarse en uno mismo y conocerse bien, saber qué queremos, qué esperamos y cómo podemos conseguir aquello que tanto anhelamos, tanto en el ámbito personal como en el familiar y profesional, y poner todos los medios que estén a nuestro alcance para lograrlo. De esta forma, seremos más libres y nos dejaremos influir menos por los demás o por el ambiente.
Cuando tenemos duda sobre algo, muchas veces recurrimos a personas que son de nuestra confianza y que consideramos que pueden ayudarnos. Aunque siempre es positivo tener apoyo en la familia o con los amigos, lo ideal es confiar en nuestros recursos y no tener la necesidad de acudir a los demás.
La verdadera autonomía nace de uno mismo, se trata de saber tomar las propias decisiones sin necesitar siempre el consejo o la aprobación de los que nos rodean. Para ello, es necesario tener una personalidad firme y gran confianza en uno mismo.
Sin embargo, es una gran suerte tener a nuestro alrededor personas en las que confiar en momentos determinados y saber que su opinión pueda sernos de gran ayuda y gran utilidad, pero sin dejar que sean ellas las que resuelvan nuestro propio problema.
Los problemas sólo son responsabilidad de uno mismo y somos nosotros mismos quienes tenemos que afrontarlos, sin comprometer a nadie más. En este caso, no nos estamos dejando influir sino buscando ayuda o consejo de personas cuya opinión valoramos.
Miedo al rechazo
Una de las causas por las que la mayoría de las veces nos dejamos influir por los demás es por el miedo al rechazo que podemos tener o por temor a perder la confianza o amistad de alguna persona determinada.
Sin embargo, debemos tener siempre en cuenta que las personas que nos quieren nos aceptan tal y como somos, y siempre respetarán nuestras opiniones y forma de ser. En caso contrario, son personas que no nos interesan que formen parte de nuestra vida, puesto que lo único que podemos conseguir de ellos es que mermen nuestra confianza y autoestima.
Para evitar el miedo al rechazo es fundamental pensar en lo mucho que valemos, en nuestros logros, en nuestras virtudes, en lo importante que es tener nuestro propio criterio y opinión sobre las cosas que forman parte de nuestra vida o que nos rodean.
Debemos sentirnos satisfechos de ser como somos y de todo lo que hemos logrado en la vida; nuestra familia, trabajo o amigos. No debemos subestimar lo que tenemos, sino valorarlo y disfrutarlo. En definitiva se trata de apreciar y valorar lo nuestro y no darle tanta importancia a lo que tienen los demás o a su opinión sobre nosotros, con la nuestra es suficiente.
Debemos pensar que nosotros, como todo el mundo, somos personas únicas, con un fuerte poder de decisión, los únicos que deciden sobre nosotros y nuestra vida y que poseemos una gran valía personal que nadie puede cuestionarnos.