EDUCAR CON OBEDIENCIA

Por Claudia Agramonte Saba - -





Una actitud responsable de colaboración y participación

La obediencia es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia y las tareas productivas. La acción de obedecer es aquella en la que se acatan normas, órdenes, reglas y comportamientos.
Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar solamente en los niños, toda persona puede, y debe, procurar su desarrollo. La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener hacia la persona que autoriza, manda o pide, se concentra en realizar la tarea o cumplir el encargo que se te encomienda, sin pedir nada a cambio.



Aprender a ser obediente

La obediencia forma parte del aprendizaje del control y regulación de la conducta, de la asimilación de las reglas, las cuales irá asimilando primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y posteriormente, si el niño es debidamente estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino por la satisfacción que esto le produzca.


El aprender a ser obediente consiste también que se explique el por qué es necesario que se haga las cosas que se le pida, al niño.



El niño puede aprender a ser obediente:

- Sabiendo qué es lo que sus padres o profesores quieren

- Conociendo la satisfacción que su obediencia producirá

- Sabiendo el por qué y el valor de cada orden

- Teniendo claras sus obligaciones y deberes

- Con una enseñanza sistemática de todas sus actividades


- Teniendo reglas en casa y en la escuela


- Cuando siente la aprobación de sus padres cuando es obediente


- Con las experiencias de sus padres
- Cuando siente que con la desobediencia no consigue lo que quiere