SINDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS: mover las piernas el único alivio

Por Claudia Agramonte Saba - -


Sensaciones anormales, molestas y dolorosas que se manifiestan en las piernas durante el sueño o el descanso. Esta es, en términos generales, la definición de la acromelalgia, también conocida como el síndrome de las piernas inquietas (SIP)

Mover las piernas, el único alivio

El cuadro característico de las piernas inquietas es una sensación molesta en la parte más baja de las piernas y que los pacientes describen como calor, dolor, pinchazo, hormigueo o inquietud. En términos médicos se habla de parestesias (sensaciones anormales) y disestesias (sensaciones molestas o dolorosas) que ocurren, por lo general, cuando las extremidad es se hallan en reposo, es decir, en las horas de sueño o de descanso.

Esta sensación se incrementa cuando el paciente está sentado o tumbado, y varía a lo largo del día, de manera que a última hora de la tarde y durante la noche los síntomas aumentan.



El único alivio que los individuos encuentran ante este padecimiento neurológico es mover las piernas, provocando así alteraciones del sueño que normalmente derivan en insomnio. Además, el movimiento sólo alivia las molestias, pero no las elimina del todo. En algunos casos, inclusive, las sensaciones suelen aparecer cuando ya se está en un estado profundo de somnolencia. Y en ocasiones también se pueden desarrollar en periodos de inactividad, como por ejemplo mientras se está en el teatro, en el cine o viajando en coche.

El SPI es una enfermedad crónica, cuya sintomatología puede agravarse o ponerse de manifiesto en circunstancias tales como el embarazado y la falta de hierro. Por lo general, sólo se desarrolla en las piernas, pero existen casos en los que también se ven afectados el tronco y los brazos; incluso puede cambiar el ciclo diario de los síntomas, comenzando cuando el paciente se levanta e incrementándose a lo largo del día. Estos casos extremos sólo representan un 30 por ciento dentro del total.



¿Es como el movimiento periódico de piernas?

El 80 por ciento de los casos diagnosticados como SPI se asocia al Movimiento Periódico de las Piernas (MPP). El MPP consiste en movimientos y contracciones de los músculos de las piernas que ocurren de manera arrítmica por la noche y de forma involuntaria. Esta enfermedad se pone de manifiesto cuando al paciente se le efectúa un registro, siendo en la mayoría de las ocasiones la persona que duerme con él la que informa de los síntomas.Estas dos patologías son distintas y se pueden dar por separado.
La diferencia principal es que en el SPI las piernas se mueven voluntariamente por la necesidad urgente de aliviar el dolor y el MPP ocurre de manera involuntaria durante el sueño y no produce sensaciones desagradables.

Causas ¿hereditarias?

No se sabe exactamente cuáles son las causas que pueden provocar el SPI. Según los estudios más recientes, posiblemente se deba a un trastorno mixto entre lo genético y lo ambiental, pues se ha observado que el sistema dopaminérgico -un sistema de neurotransmisores dentro del cerebro- está involucrado, y que existe cierta predisposición familiar, aunque aún no se ha descubierto un gen donde esté la herencia del SPI. Pruebas funcionales que marcan los lugares del cerebro que tienen neurotransmisor demuestran que en los pacientes que padecen el Síndrome de Piernas Inquietas estos neurotransmisores están alterados. Además, el SPI se asocia al Parkinson.

Las estadísticas indican que en el 50% - 60% de los pacientes con este mal existen familiares que padecen el mismo trastorno, aunque éstos no lo sepan. Tan sólo en un 20% de los casos la acromelalgia está relacionada con otras enfermedades como la falta de hierro (una causa muy común), insuficiencia renal, artritis reumatoide o problemas neurológicos. También es común a partir del tercer trimestre de embarazo.

Aunque en la mayoría de los casos se desconoce la causa de las piernas inquietas, los científicos saben que existe un déficit de dopamina, un neurotransmisor cerebral que interviene en la regulación del movimiento y de la sensibilidad. Este mismo neurotransmisor es el que se relaciona con la enfermedad de Parkinson, si bien no se da ninguna relación entre ambos trastornos.

Tratamiento


Los distintos tratamientos a seguir están estratificados en función de la gravedad de los síntomas. En pacientes con síntomas que no son muy severos, lo primero que se debe hacer es intentar tratarles cambiando su estilo de vida: evitar el café, bebidas con cafeína, la nicotina o el alcohol, antes de ir a dormir.

También es aconsejable el ejercicio moderado, pero no justo antes de dormir, o realizar alguna tarea relajante como leer o escuchar música. Si estas recomendaciones no dan resultado, se procederá a medicar al paciente.

Los fármacos de tipo sedantes, como benzodiacepinas, pueden mejorar los síntomas en pacientes leves, pero en pacientes crónicos lo mejor es el medicamento dopaminérgico, tanto los gonistas de dopaminérgicos, preferibles porque a la larga se responde mejor y no se habitúa el cuerpo a ellos, como la levodopa. En casos más rebeldes se pueden llegar incluso a utilizar tratamientos de analgésicos opiáceos, muchos más fuertes.



Perfil del paciente

No existe un perfil de pacientes que estén predispuestos a padecer la enfermedad. Esta patología puede darse tanto en personas jóvenes como en ancianos, aunque en la mayoría de los casos existe cierta predisposición familiar. Aun así, no existe ningún síntoma que les precipite a padecer el síndrome, pero sí algunos trastornos metabólicos o endocrinos, como la falta de hierro.

Investigaciones

En el ámbito académico -como ocurre en la mayor parte de las enfermedades neurológicas con prevalencia alta- las investigaciones sobre la enfermedad no han caracterizado aún el patrón de herencia o el gen donde puede estar involucrado la herencia de la enfermedad. En el ámbito farmacológico, se encuentran fármacos bien tolerados y que tienen un efecto continuo. Pero hay casos en los que los pacientes dejan de responder a los tratamientos habituales y entonces es cuando hay que buscar otras alternativas a ese tratamiento habitual.


Existe también una falta de labor de asistencia a pacientes y una falta de concienciación a los médicos de cabecera, pues a pesar de que la prevalencia es importante, en los estudios que se han hecho se ha demostrado que muy pocos de los pacientes diagnosticados son realmente tratados, ya que los síntomas son achacados a otras enfermedades o son infravalorados por el médico de atención primaria. La concienciación de facultativos puede beneficiar a muchos pacientes, que dan vueltas por distintos especialistas hasta que son bien diagnosticados y tratados, ganando en calidad de vida.

Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke, los investigadores han descubierto que la cafeína, el alcohol y el tabaco pueden agravar o provocar los síntomas en pacientes con predisposición a desarrollar el síndrome de las piernas inquietas. Algunos estudios señalan que la reducción o eliminación de estas sustancias pueden aliviar los síntomas, aunque no está claro hasta qué punto.



Desconocimiento de la enfermedad
SPI, dentro de las enfermedades raras

Aunque los síntomas del SPI se conocen desde el siglo XV, realmente la sistematización y el conocimiento datan de 1940, por lo que podemos considerarla como nueva, debido a que cada vez se van descubriendo nuevas asociaciones con otras enfermedades o prevalencias genéticas.
A pesar de que se encuentra entre las patologías más frecuentes, existen ciertas incógnitas que la hacen considerarse como enfermedad rara, como las causas que la provocan, ya que afecta a sistemas que se pensaba que sólo estaban involucrados en el Parkinson. También puede considerarse enfermedad rara debido a que no tiene una curación total, y con el tratamiento simplemente se consiguen aminorar los síntomas.

"Estamos ante un trastorno común. El síndrome de las piernas inquietas no debería estar en ninguna lista de enfermedades raras porque no lo es. Lo digo categóricamente", afirma el especialista de la Fundación Jiménez Díaz (España). En su concepto, existe todavía un gran desconocimiento de esta enfermedad tanto en médicos como en pacientes.
Con frecuencia, dice, se producen diagnósticos equivocados y el síndrome, también conocido como RLS (por sus siglas en inglés, Restless Legs Syndrome), se confunde con otras afecciones como depresión, estrés y problemas cardiovasculares. Otros expertos incluyen en los diagnósticos equivocados los calambres musculares, la artritis, el nerviosismo o, inclusive, el envejecimiento
Desde el National Institute of Neurological Disorders and Stroke, en Estados Unidos, se explica que muchas personas con este síndrome se ven afectados en sus relaciones personales y en las actividades laborales por culpa del cansancio que generan las piernas inquietas.

En Estados Unidos, dice este instituto, existen 12 millones de pacientes con el síndrome, aunque esta cifra puede aumentar porque algunas personas no van al médico creyendo que no se les va a tomar en serio ante un problema como este.

Algo similar ocurre en España, donde los pacientes no sólo sufren por los problemas derivados del síndrome, sino que también padecen las consecuencias de un mal diagnóstico. "Lo que hemos notado es que esta enfermedad no se sabe identificar. Pero lo cierto es que en nuestra unidad tenemos una lista de entre 600 y 800 pacientes que padecen el trastorno", explica el doctor García-Borreguero.



VISITE A SU MEDICO , NO SE AUTOMEDIQUE

En Internet también existen algunas páginas que brindan información sobre el síndrome de las piernas inquietas. Además de la web del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Raras (http://iier.isciii.es/er/ ), existen otras direcciones de interés como las siguientes: www.rarediseases.org y www.rls.org y http://www.institutferran.es/piernas_inquietas.htm

Fuente :Puleva Salud y Consumer Eroski