
Boca seca: la falta de saliva no sólo hace que tengas sed persistente o que tu boca se vea blancuzca y opaca, tambié ocasiona gingivitis y deterioso dental. Pero ¿qué limita la producción de saliva? sobre todo la ingesta de medicamentos (antihistamínicos, descongestionantes, diuréticos o sedantes), consumir dulces, fumar y respirar por la boca.
La mejor ayuda para tus glándulas salivales es ingerir agua; incrementa el flujo de saliva.

Boqueras: también llamadas queilitis angular, es una infección (causada por hongo o bacteria) que se manifiesta por pequeñas cortadas rojizas en las comisuras de los labios, las cuales la hacen ver más grande. Según los National Institutes of Health, esta condición se presenta cuando hay deficiencia de hierro, vitamina B12 y ácido fólico en la dieta.
Tu odontólogo te indicará el antimicótico o el antibiótico más adecuado. Llevar una dieta balanceada evitará que vuevan a presentarse estas lesiones.

Fuegos labiales: un estilo de vida estresante, exponerte al sol o desajustes hormonales debilitan el sistema inmunológico y favorece el incremento de la población del virus del herpes simple ( el cual se aloja en nuestro organismo), causante de este tipo de lalgas en los labios.
De nuevo, tu mejor apuesta es reforzar tus defensas con un dieta equilibarda, suplementos alimenticios, ejercicios y técnicas de relajación (respiración, yoga, tai chi)

Buena hidratación + dieta equilibrada. Esta es la fórmula que garantiza la coloración rosada y brillante que tu lengua debe tener.

la mejor manera de acabar con esta condición es cepillarte los dientes después de cada comida y usar el hilo dental. también debes acudir al peridoncista.

Dientes amarillos: El consumo excesivo de alcohol, chocolate, frutas rojas, café, refrescos de cola y cigarros es el principla responsable de su pigmentación. los antibióticos y la edad también favorecen la aparición de mancgas amarillentas o cafés.
Limita el consumo de los productos que pueden manchas tus dientes. Si tomas café o refrescco procura usar sorbete para evitar el contacto directo. Cepíllate lo más pronto posible después de cada comida para que tus dientes no absorban los pigmentos. Solicita una limpiaza dental al menos una vez al año.
