Día mundial sin tabaco

Por Claudia Agramonte Saba - -


Que la salud no se “esfume”

CADA AÑO SE PRODUCEN CASI 5 MILLONES DE MUERTES POR ENFERMEDADES VINCULADAS AL TABACO.

Recursos en humo. Se estima que los efectos del consumo de
tabaco son también una causa de pobreza.


Alexéi Tellerías (Tomado Listin Diario Digital)
alexei.tellerias@listindiario.com

Santo Domingo. Hoy a escala internacional se conmemora una jornada que busca motivar a la reflexión, respecto a un hábito que hace daño a nuestro sistema físico pero que, no por ello va reduciéndose. Nos referimos a la nicotina y al consumo de cigarrillos.

En 1987, la Organización Mundial de la Salud (OMS) designó el 31 de mayo como Día Mundial Sin Tabaco, como forma de alentar a los fumadores a dejar de fumar y al mismo tiempo incrementar el conocimiento del público sobre el impacto que tiene el tabaco en la salud.

Las estadísticas no se equivocan, y así lo señala la propia OMS. Cada año se producen alrededor de cinco millones de muertes por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Esto convierte al tabaquismo en la segunda causa de mortalidad en el mundo.

Continúa advirtiendo la organización internacional que, si prosigue la tendencia actual, el consumo de tabaco provocará la muerte de unos 10 millones de personas a partir del año 2012.



Las estadísticas de la entidad sanitaria estiman que en la actualidad fuman aproximadamente 650 millones de personas, “y la mitad de ellas morirá a causa del tabaco”, agregan. Más aún, el consumo de tabaco acorta la vida de una persona en unos 15 años.

Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los efectos del consumo de tabaco son “devastadores” en la economía y también han sido definidos como una causa de pobreza.

Esto así porque existe evidencia de que en los hogares más pobres de algunos países de bajos ingresos los productos del tabaco representan hasta 10 por ciento de los gastos familiares.

CONSECUENCIAS DE FUMAR
El portal Nosfumamos.com cita algunas consecuencias del consumo de cigarrillo:

Lesiona los bronquios: los irrita e inflama, lo que provoca tos y flemas.

Daña los pulmones: impide que funcionen bien y facilita la aparición de cáncer.

Perjudica al corazón: predispone a sufrir un ataque cardiaco.

Daña las arterias: facilita que se obstruyan y que se entorpezca la circulación.

Su humo es molesto para la gran mayoría de la gente.




Soluciones para dejar de fumar
En los hogares afectados por el tabaquismo se dispone de menos recursos para afrontar los retos diarios de la alimentación, educación y salud.

Y para luchar contra este problema, hace falta un movimiento internacional que la Organización Mundial de la Salud (OMS) trata de liderar a través de actividades como el Día Mundial sin Tabaco.

Pero, como se explica en el portal Dejar-de-fumar.com, cuando un fumador se enfrenta ante el reto de dejar el tabaco, tiene que saber que es poco probable que esto se consiga “sin ningún tipo de ayuda, ya sea psicológica o médica”.
Aún así, no debe dejar de intentarse incluso si se falla varias veces.


Al elegirse dejarlo de una vez por todas, aparte de la fuerza mental que se requiere, continúa señalando el portal, pueden ser de gran ayuda medicamentos y drogas que minimicen el síndrome de abstinencia, permitiendo que toda la energía se concentre en el objetivo de liberarse del tabaco.

De acuerdo con un artículo de Elva Estéves, neumóloga, los medicamentos para dejar de fumar se usan “exclusivamente” para tratar el síndrome de abstinencia nicotínico.

En otras palabras, están indicados en pacientes que se encuentran en etapa de acción, y que iniciado el cambio conductual aparecen o se prevén síntomas.

Existen tratamientos específicos para el síndrome de abstinencia nicotínico, pero también se pueden usar tratamientos inespecíficos o sintomáticos, “si el primero no es posible”.

El portal Dejar-de-fumar.com explica que todos los medicamentos que ayudan en la terapia para dejar de fumar reciben el nombre de reemplazo de nicotina. Esto así porque alivian la ansiedad al segregar al organismo sustancias similares. Por lo tanto, agrega, estos productos tienen la ventaja de mitigar, e incluso hacer desaparecer los efectos del llamado síndrome de abstinencia.

Continúa señalando que estos ayudan a ir poco a poco controlando la adicción, “ya que, si bien el cuerpo seguirá necesitando la nicotina, la dosis se recibe en forma de medicamento y no de cigarrillo”. Pero no todo es color de rosa. La terapia para dejar de fumar con medicamentos tiene sus desventajas, puesto que en realidad, el paciente no abandona su adicción a la nicotina, sino que sustituye el medio de conseguirla.

Si bien el cuerpo ya no se expone a la cantidad de elementos cancerígenos que contiene el tabaco, la dependencia a la nicotina sigue vigente. Por eso, advierte este grupo de lucha contra el tabaquismo, si a la larga no se lucha contra el verdadero problema, que es la adicción a la nicotina, “se volverá otra vez a fumar”.

PONER LÍMITES A LOS MEDICAMENTOS
Lo recomendable para evitar consecuencias no deseadas, explican los miembros del grupo de apoyo Dejar-de-Fumar.com, es “atajar el problema de raíz”, por lo que es recomendable ponerse una fecha límite al consumo de medicamentos de reemplazo, y progresivamente dejar de tomarlos.

Este tipo de productos medicinales para dejar de fumar “no son un milagro”, aunque tanto los medicamentos administrados vía oral o vía tópica no hacen que las ganas de fumar se evaporen.

De ahí que el mayor nivel de éxito se da cuando estos productos forman parte de un proceso y el paciente los toma dentro de un contexto determinado, como por ejemplo una terapia de grupo para exfumadores. No hay que esperar sentado a que las medicinas hagan su efecto, sino que se requiere de un esfuerzo bastante notable por parte del individuo. Por otra parte, antes de iniciar cualquier tratamiento con estos medicamentos se requiere un chequeo clínico porque no todas las personas pueden llevarlo a cabo, debido a alergias o problemas cardiacos que pueden hacer que la medicación sea contraproducente.