El beneficio del trabajo

Por Claudia Agramonte Saba - -


El trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde

Mientras se trabaja, son muchos quienes se lamentan de los horarios, el salario, las relaciones laborales o el estrés, entre otros factores. Pero el trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde.
Obtener un empleo es una expectativa social y cultural adquirida desde la infancia y, desde entonces, continuamente reforzada a través de las influencias de la escuela, la familia y los medios de comunicación, Cuando una persona logra formar parte del mundo laboral, accede a un nuevo estatus y a una nueva identidad social. El desempleo interrumpe ese proceso y se convierte en una sensación de derrota y fracaso.

El trabajo tiene unas funciones manifiestas, como percibir un salario y las condiciones mismas del empleo, que justifican que los trabajadores experimenten sentimientos negativos hacia su ocupación. Pero también tiene unas funciones latentes que justifican todo lo contrario: una motivación positiva hacia el empleo, incluso aunque sus condiciones salariales y laborales no sean muy favorables.

Entre esas funciones latentes, cabe distinguir cinco: el empleo impone una estructura del tiempo, implica experiencias compartidas y contactos con personas ajenas al núcleo familiar, vincula al individuo con metas y propósitos que rebasan el propio yo, proporciona un estatus social y clarifica la identidad personal y, por último, requiere de una actividad habitual y cotidiana.

Puesto que no sólo se trabaja para ganarse la vida, sino también para el desarrollo personal, perder el empleo resulta destructivo desde la vertiente psicológica, incluso cuando se tenga una fuente de ingresos económicos asegurada.