El sueño durante el embarazo

Por Claudia Agramonte Saba - -



Muchos padres saben lo difícil que es lograr dormir bien durante los meses posteriores al nacimiento de su bebé, pero nadie se imagina que también es difícil conciliar el sueño durante el embarazo.

En realidad, es probable que usted duerma más de lo habitual durante el primer trimestre del embarazo. Es normal que se sienta cansada, ya que su cuerpo está funcionando para proteger y cuidar el desarrollo de su pequeño. La placenta (el órgano que alimenta al feto hasta el momento del nacimiento) acaba de empezar a formarse, su cuerpo está generando más sangre y su corazón está latiendo más rápido.

Sin embargo, suele ser durante los últimos meses del embarazo cuando la mayor parte de las mujeres tienen dificultad para dormir profundo y sin interrupciones.



Otros factores que pueden afectar el sueño son los siguientes:

La frecuente necesidad de orinar: Sus riñones están funcionando más de lo normal para filtrar un mayor volumen de sangre (de un 30 a un 50% más que antes del embarazo) que fluye por su cuerpo. Este proceso de filtrado genera más orina. Además, a medida que el bebé crece y que el útero se agranda, la presión sobre la vejiga también aumenta. Esto se traduce en más idas al baño durante el día y la noche. La cantidad de visitas nocturnas al baño puede ser mayor si su bebé está activo durante la noche.

El aumento del ritmo cardíaco: El ritmo cardíaco aumenta durante el embarazo, para bombear más sangre. Al fluir más sangre hacia el útero, su corazón tendrá que trabajar más para enviar suficiente sangre al resto de su cuerpo.

La falta de aire: Al principio, el aumento en las hormonas del embarazo podría afectar su respiración, ya que hará que respire más hondo. Es posible que sienta que debe hacer un mayor esfuerzo por respirar. Más tarde, la respiración parecerá más difícil a medida que su útero aumenta de tamaño, ocupa más espacio y empuja el diafragma (el músculo que se encuentra debajo de los pulmones).

Los calambres en las piernas y el dolor de espalda: Los dolores de piernas o de espalda se deben, en parte, al peso adicional que está llevando. Durante el embarazo, el organismo también produce una hormona llamada relaxina, que ayuda a preparar al cuerpo para el parto. Uno de los efectos de la relaxina es el aflojamiento de los ligamentos de todo el cuerpo, lo que hace que las mujeres embarazadas estén menos estables y sean más proclives a lesionarse, en especial la espalda.

La acidez y la constipación: Muchas mujeres tienen acidez, que aparece cuando el contenido del estómago sube por el esófago. Durante el embarazo, el funcionamiento de todo el aparato digestivo es más lento. La comida tiende a permanecer más tiempo en el estómago y en los intestinos, lo cual puede provocar acidez y constipación. Estos dos problemas pueden empeorar más tarde durante el embarazo cuando el útero que está creciendo ejerce presión sobre el estómago o el intestino grueso.




Pero también es posible que sus problemas para dormir tengan otro origen. Muchas embarazadas manifiestan que sus sueños son más vívidos que antes y algunas incluso tienen pesadillas. El estrés también puede afectar el sueño. Quizás usted está preocupada por la salud de su bebé, ansiosa por su habilidad como madre, o nerviosa por el parto. Todos estos sentimientos son normales, pero los mantendrán a usted y a su pareja despiertos.


Encontrar una posición adecuada para dormir

Desde el comienzo del embarazo, acostúmbrese a dormir de costado. Dormir de costado con las piernas flexionadas sea quizá la posición más cómoda a medida que su embarazo progresa. Esta posición también facilitará el trabajo del corazón, ya que permite que el peso del bebé no recaiga sobre la vena principal (llamada “vena cava inferior”) que transporta sangre de regreso al corazón desde los pies y las piernas.

Algunos médicos recomiendan específicamente que las embarazadas duerman sobre el costado izquierdo. Debido a que el hígado se encuentra del lado derecho del abdomen, si duerme sobre el lado izquierdo, evita que el útero se apoye en este órgano. Dormir de costado también mejora la circulación hacia el corazón y permite que un mejor flujo sanguíneo hacia el feto, el útero y los riñones.

Pregúntele al médico qué le recomienda. En la mayoría de los casos, dormir sobre cualquier lado será beneficioso y aliviará la presión sobre su espalda.

Pero no se preocupe en exceso pensando en que tal vez se mueva en la cama durante la noche y quede boca arriba. Cambiar de posición es algo normal y no se puede controlar durante el sueño. De todas formas, es muy probable que durante el tercer trimestre de su embarazo su cuerpo no se coloque boca arriba, ya que esto resulta demasiado incómodo.

Si se mueve y termina boca arriba con el peso del bebé sobre la vena cava inferior, es probable que se despierte por la incomodidad. Consulte con su médico para ver qué le recomienda; es posible que le sugiera usar una almohada como soporte.

Pruebe usar almohadas a fin de encontrar una posición cómoda para dormir. A algunas mujeres les resulta muy cómodo colocar una almohada debajo del abdomen o entre las piernas. Además, el uso de una almohada o una pequeña manta enrollada puede aliviar la presión en la región lumbar. En realidad, verá que se venden muchas almohadas especiales para embarazadas. Si está pensando en comprar una, hable con su médico primero para saber cuál es mejor para usted.




Consejos para dormir sin problemas

Recuerde que, a pesar de que le pueden resultar atractivas cuando esté desesperada por conciliar el sueño, las píldoras para dormir de venta libre, así como las hierbas medicinales, no son recomendables para las mujeres embarazadas. En cambio, siga los siguientes consejos para mejorar su sueño:

-Reduzca lo más posible de su dieta el consumo de bebidas con cafeína, como las gaseosas, el café y el té. Sólo consúmalos a la mañana o temprano a la tarde.

-Evite tomar mucho líquido o hacer una comida completa pocas horas antes de irse a dormir. (Pero asegúrese de ingerir suficientes nutrientes y líquidos a lo largo del día). Algunas mujeres consideran beneficioso comer más en el desayuno y en el almuerzo, y después cenar liviano. Si lo que la mantiene despierta son las náuseas, coma una galletas de agua antes de ir a dormir.

-Acostúmbrese a irse a dormir y a levantarse a la misma hora cada día.

-Evite hacer ejercicio intenso antes de ir a dormir. En cambio, haga algo que sea relajante, como darse un baño de inmersión por 15 minutos o beber una bebida caliente, sin cafeína, como leche con miel o una taza de té de hierbas.

-Si se despierta por un calambre, empuje con vigor su pie contra la pared o párese en ese pie. Además, asegúrese de que su dieta incluya suficiente calcio, ya que es un elemento químico que reduce la aparición de calambres.

-Tome una clase de yoga u otra técnica de relajación que la ayudarán a eliminar el estrés al final del día. (Asegúrese de conversar primero con su médico sobre cualquier actividad o régimen de ejercicios nuevos).

-Si el miedo o la ansiedad son los que le impiden conciliar el sueño, considere inscribirse en una clase de paternidad o parto. Un mayor conocimiento sobre el tema y la compañía de otras mujeres embarazadas la ayudarán a superar los miedos que la mantienen despierta a la noche.


¿Qué debe hacer cuando no puede dormir?

Por supuesto, habrá momentos en los que no podrá dormir. En vez de dar vueltas en la cama, preocupándose porque no puede dormir y contando las horas que faltan para que suene la alarma del reloj, levántese y haga lo siguiente: lea un libro, escuche música, vea televisión, escriba cartas o mensajes de correo electrónico, o realice una actividad que disfrute. Tarde o temprano, se sentirá lo suficientemente cansada para volver a dormir.

Y de ser posible, tome unas siestas cortas (de 30 a 60 minutos) durante el día para recuperar el sueño perdido. Acostúmbrese a dormir a intervalos porque pronto su bebé definirá las horas de sueño en su casa.