¿Qué factor de protección solar es adecuado para cada tipo de piel?, ¿qué tipo de producto cosmético elegir para protegernos del sol? y ¿cómo y cuándo deben aplicarse? son varias de las preguntas frecuentes que nos hacemos sobre los protectores solares
El sol es un elemento beneficioso para la salud pero, a su vez, es el principal causante de las distintas enfermedades cutáneas, desde quemaduras solares hasta el cáncer de piel. Por ello, para evitar el daño causado por las radiaciones solares es aconsejable utilizar los protectores solares que desempeñan una función importante en el bloqueo de la penetración de los rayos ultravioleta (UV). Sin embargo, ningún producto de este tipo llega a protegernos al cien por cien.
Hoy en día, existe gran variedad de productos que nos protegen del sol y pueden ser clasificados como protectores o bloqueadores, dependiendo de las sustancias que contengan. En general, los protectores poseen productos orgánicos que brindan protección contra la exposición a la radiación ultravioleta B, mientras que los bloqueadores, incorporan sustancias inorgánicas. Estos componentes inorgánicos permanecen en la superficie de la piel sin absorberse previniendo así, que tanto los rayos UVB como los UVA lleguen a la piel.
En las etiquetas de los envases de estos productos se indica la composición cualitativa de los filtros solares y bloqueadores que contienen. Se recomienda adquirir un protector en cuya etiqueta se verifique que es de "amplio espectro", es decir, que filtre tanto los rayos UVA como los UVB. Además, el valor del factor de protección solar (SPF) debe aparecer en la cara principal del envase. La clasificación del factor de protección solar indica a la persona por cuánto tiempo puede estar protegida de las quemaduras solares en comparación con el hecho de no aplicarse ninguna loción.
De esta forma, la protección de las pantallas podría clasificarse desde mínima si el factor de protección está entre 2 y 11, hasta la máxima con un SPF de 20 a 30. Como dato podemos mencionar que una crema con un factor 15 puede absorber más del 92% de la radiación UVB y otra con factor 30 protege hasta un 97%. Los protectores solares con un factor mayor ofrecen protección por períodos de tiempo más prolongados, pero hay que tener cuidado con aquellos que indican un SPF mayor que 30, pues la diferencia real en cuanto a protección suele ser insignificante. Por ejemplo, una crema con factor de protección 60 no suele proteger cuatro veces más contra la radiaciones que otra cuyo factor sea 15.
Es importante adaptar el factor de protección del rostro y el cuerpo además de en función del tiempo de exposición, de acuerdo a las condiciones cutáneas. Por tanto, el hecho de conocer el tipo de piel ayuda a escoger el protector solar adecuado. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos recomienda según el antecedente personal en cuanto a tendencia a quemadura solar y capacidad de bronceado al exponerse al sol la siguiente protección:
- Si sufre quemaduras con facilidad y casi no se broncea : SPF de 20 a 30.
- Si sufre quemaduras con facilidad y se broncea muy poco: SPF de 12 a 30.
- Si sufre quemaduras moderadas y se broncea gradualmente: SPF de 8 a 12.
- Si sufre quemaduras mínimas y se broncea sin problemas: SPF de 4 a 8.
- Casi no sufre quemaduras y se broncea sin problemas: SPF de 2 a 4.
El uso correcto de los protectores solares es también un punto importante para la protección de la piel. Por ello, para obtener mejores resultados debe aplicar la loción 30 minutos antes de la exposición al sol, repitiendo la aplicación cada dos horas. Los protectores deben utilizarse de manera generosa, siendo la dosis recomendada 35 mililitros en todas las áreas más expuestas.
Es aconsejable que todas las personas utilicen protector solar, incluso bebés desde los seis meses de edad en adelante, independientemente del tipo de piel. En el caso de los adultos, deben incluir la pantalla en su régimen diario de cuidado de la piel, incluso si van a estar al aire libre por un corto periodo de tiempo.
Dentro de los protectores solares hay productos con fórmulas resistentes al agua adecuados para realizar deportes acuáticos o simplemente para nadar. Consiste en una propiedad que conserva la fotoprotección después de una inmersión de 40 minutos en el agua. Esta información debe aparecer en el envase del producto.
Por último, también se puede obtener un bonito bronceado gracias los bronceadores o autobronceadores. Sin embargo, este tipo de lociones no proporciona ninguna protección contra el daño solar ya que el factor de protección que posee es muy bajo.