La atenta supervisión es siempre la mejor forma de garantizar la seguridad de los pequeños. Pero también es una buena idea poner su casa a prueba de niños. Inspeccione su casa en busca de cualquier cosa que pudiera representar un riesgo para un niño pequeño, incluyendo herramientas, cuchillos y objetos con los que se podría atragantar.
Durante la etapa de la lactancia y la primera infancia, todos los enchufes y tomas de corriente deben estar protegidos con clavijas de seguridad (unas piezas de plástico que se insertan en los orificios de las tomas de corriente para evitar posibles electrocuciones). Y no se olvide de colocar pestillos o cierres de seguridad en los armarios y cajones de la cocina y del cuarto de baño.
Adquiera artículos se seguridad que sean fáciles de instalar y de utilizar por un adulto, pero que sean lo bastante resistentes para soportar los estirones, empujones y golpes de un niño. Los pestillos y cierres de seguridad supuestamente a prueba de niños no siempre son infalibles, de modo que asegúrese de guardar las medicinas, productos de limpieza y otras sustancias peligrosas bajo llave y fuera del alcance de los niños.
Considere la posibilidad de colocar protectores en los pomos de las puertas o cerrojos para impedir que su nieto entre solo en lugares que entrañan riesgos, como las piscinas. Los productos para poner la casa a prueba de niños se suelen vender en grandes almacenes, ferreterías y tiendas especializadas.