Diversos estudios sugieren que el déficit de ciertos nutrientes como el ácido fólico, el cinc o antioxidantes, afecta a la capacidad reproductiva masculina
Un campo en el que se centran numerosas investigaciones es el que estudia el papel de la nutrición en relación con la fertilidad. En este sentido, son diversos los estudios que sugieren que el déficit de ciertos nutrientes afecta a la capacidad reproductiva masculina. Por tanto, cuando una pareja se plantea tener descendencia, es importante la revisión de la alimentación. Pero para una buena fecundación no sólo es importante la nutrición previa al embarazo de la mujer, también es relevante la del hombre.
En los hombres, la mayoría de los casos de infertilidad se debe a un bajo contenido de espermatozoides en el semen (oligospermia) o a la baja movilidad de los mismos. En ambas situaciones, se reducen drásticamente las posibilidades de que los espermatozoides lleguen al óvulo y lo fecunden. No obstante, y pese a los numerosos casos de infertilidad, los especialistas aseguran que muchas de las causas de dificultades para la fecundación responden bien a cambios en los hábitos alimentarios y de estilo de vida.
Nutrición para la fertilidad
Los hombres son la parte de la pareja estéril en el 30% de los casos, y por ello cada vez son más las investigaciones centradas en este asunto. Diversos estudios sugieren que el déficit de ciertos nutrientes como el ácido fólico, el cinc y los antioxidantes, afecta, aunque de distinta manera, a la capacidad reproductiva masculina. Ante tal evidencia, a cualquier varón que se esté planteando con su pareja el embarazo, o que esté preocupado pensando que puede ser estéril, le resultará útil conocer ciertas medidas nutricionales. Por ejemplo, algunos nutrientes son esenciales para la formación de los espermatozoides sanos.
* Acido fólico. Su deficiencia afecta al número y la movilidad de los espermatozoides. En una investigación realizada por la University Medical Centre Nijmegen, en Holanda, y publicada en la revista 'Fertility and Sterility' en el año 2002, los investigadores comprobaron cómo después de un tratamiento conjunto de ácido fólico y cinc se incrementó notablemente el número de espermatozoides en el semen. Otros estudios sugieren que el déficit de ácido fólico produce alteraciones en el ADN del espermatozoide y puede ser causa de defectos congénitos en el futuro bebé. El ácido fólico es muy abundante en verduras de hoja verde, legumbres, cereales integrales y aquellos que estén enriquecidos con dicha vitamina.
* Cinc. Es un mineral esencial para la función del sistema reproductor masculino, al estar implicado en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales. La cantidad y la movilidad del esperma están directamente relacionadas con los niveles de cinc en el organismo. Las cifras de testosterona -hormona sexual masculina- también dependen de la concentración de cinc. Los mariscos, el hígado, las carnes, los pescados, los huevos y lácteos son los alimentos más concentrados con este elemento, que también se encuentra en cantidades modestas en legumbres y frutos secos.
* Acido fólico. Su deficiencia afecta al número y la movilidad de los espermatozoides. En una investigación realizada por la University Medical Centre Nijmegen, en Holanda, y publicada en la revista 'Fertility and Sterility' en el año 2002, los investigadores comprobaron cómo después de un tratamiento conjunto de ácido fólico y cinc se incrementó notablemente el número de espermatozoides en el semen. Otros estudios sugieren que el déficit de ácido fólico produce alteraciones en el ADN del espermatozoide y puede ser causa de defectos congénitos en el futuro bebé. El ácido fólico es muy abundante en verduras de hoja verde, legumbres, cereales integrales y aquellos que estén enriquecidos con dicha vitamina.
* Cinc. Es un mineral esencial para la función del sistema reproductor masculino, al estar implicado en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales. La cantidad y la movilidad del esperma están directamente relacionadas con los niveles de cinc en el organismo. Las cifras de testosterona -hormona sexual masculina- también dependen de la concentración de cinc. Los mariscos, el hígado, las carnes, los pescados, los huevos y lácteos son los alimentos más concentrados con este elemento, que también se encuentra en cantidades modestas en legumbres y frutos secos.
Dieta rica en antioxidantes
Los órganos reproductivos masculinos (testículos) son muy susceptibles a la acción nociva de los radicales libres, causantes del envejecimiento celular y de trastornos en la capacidad reproductora. Diversas sustancias tóxicas que se concentran en determinados ambientes a los que está expuesto el hombre, como pesticidas, insecticidas y metales pesados (plomo, mercurio, níquel, cadmio), también provocan daño oxidativo en el aparato reproductor masculino, alterando el normal funcionamiento.
Una dieta equilibrada con alto contenido de antioxidantes ayuda a revertir algunos de los daños oxidativos provocados por las toxinas ambientales o por los radicales libres generados por el proceso de respiración natural, sobre la función de las gónadas y sobre la calidad del semen.
* Vitamina C. Por su carácter antioxidante favorece la desintoxicación de algunos metales pesados como el plomo y el cadmio lo que influye positivamente en la calidad y cantidad del semen y en la función de los órganos sexuales. Como antioxidante, junto a las vitaminas A, E, y minerales como el selenio, protege al ADN del daño oxidativo.
* Selenio. Asociado directamente a la función reproductiva masculina, participa en la secreción de testosterona y mejora la movilidad y cantidad de esperma. En forma de suplemento, los especialistas lo suelen recomendar conjuntamente con vitamina E.
* Vitamina E. Por su capacidad antioxidante contrarresta la acción nociva de los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y en la calidad del semen. El germen de trigo es la fuente natural más concentrada en vitamina E. Se puede añadir a ensaladas, zumos, etc. para reforzar la dieta con este nutriente. El aceite de oliva virgen extra, y los frutos secos también son un buen recurso dietético en este antioxidante.
* Vitamina A. Protege a las células del aparato reproductor masculino del proceso de envejecimiento prematuro producido por los radicales libres. Favorece la fertilidad ya que participa en la formación de esteroides, base de las hormonas sexuales. Esta vitamina abunda en las grasas lácteas (nata, mantequilla), leche entera e hígado. También está presente en forma de beta-caroteno (precursor de la vitamina A en el organismo) en la zanahoria, la calabaza, el albaricoque y en la mayoría de las hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como en las verduras de hoja verde.
Así lo informaron en una reunión de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, en la que mostraron los resultados de una investigación. Se constató que el 83% de los hombres infértiles tenían un bajo consumo de frutas y verduras, que se define como menos de cinco porciones al día, en comparación con el 40% de los hombres fértiles. También se observó una menor motilidad espermática en los hombres que comían menos frutas y verduras.
* Selenio. Asociado directamente a la función reproductiva masculina, participa en la secreción de testosterona y mejora la movilidad y cantidad de esperma. En forma de suplemento, los especialistas lo suelen recomendar conjuntamente con vitamina E.
* Vitamina E. Por su capacidad antioxidante contrarresta la acción nociva de los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y en la calidad del semen. El germen de trigo es la fuente natural más concentrada en vitamina E. Se puede añadir a ensaladas, zumos, etc. para reforzar la dieta con este nutriente. El aceite de oliva virgen extra, y los frutos secos también son un buen recurso dietético en este antioxidante.
* Vitamina A. Protege a las células del aparato reproductor masculino del proceso de envejecimiento prematuro producido por los radicales libres. Favorece la fertilidad ya que participa en la formación de esteroides, base de las hormonas sexuales. Esta vitamina abunda en las grasas lácteas (nata, mantequilla), leche entera e hígado. También está presente en forma de beta-caroteno (precursor de la vitamina A en el organismo) en la zanahoria, la calabaza, el albaricoque y en la mayoría de las hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como en las verduras de hoja verde.
Los vegetales como frutas y hortalizas son los alimentos más concentrados en antioxidantes. Por ello, incluir a diario las tres raciones de fruta y las dos de verduras, contribuye a aumentar la fertilidad.
Así lo informaron en una reunión de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, en la que mostraron los resultados de una investigación. Se constató que el 83% de los hombres infértiles tenían un bajo consumo de frutas y verduras, que se define como menos de cinco porciones al día, en comparación con el 40% de los hombres fértiles. También se observó una menor motilidad espermática en los hombres que comían menos frutas y verduras.
Hábitos sanos
Las causas que afectan a la calidad (morfología y movilidad de los espermatozoides) y a la cantidad de esperma ajenas a la nutrición y que conviene descartar ante un problema de posible esterilidad son diversas.
En la historia médica del paciente el médico analizará todas las posibles causas que puedan interferir con la producción y calidad del esperma. Desde antecedentes de enfermedades que pudieran afectar a los testículos (paperas, enfermedades de transmisión sexual, infecciones como el varicocele), hasta la exposición a la contaminación por metales pesados o a la radiación, o el uso prolongado de fármacos como los corticoesteroides, además del tabaco y el consumo exagerado de alcohol.
Tal y como se ha descrito anteriormente, la concentración de cinc en los testículos puede ser causa de infertilidad masculina, ya que es un mineral esencial para la formación del esperma, así como para la movilidad de los espermatozoides. A menudo una reducción de la ingesta de alcohol, tabaco y otras drogas, así como la prevención frente a contaminantes ambientales aumenta la producción de esperma.
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En la historia médica del paciente el médico analizará todas las posibles causas que puedan interferir con la producción y calidad del esperma. Desde antecedentes de enfermedades que pudieran afectar a los testículos (paperas, enfermedades de transmisión sexual, infecciones como el varicocele), hasta la exposición a la contaminación por metales pesados o a la radiación, o el uso prolongado de fármacos como los corticoesteroides, además del tabaco y el consumo exagerado de alcohol.
Los fumadores, por ejemplo, están expuestos al cadmio que contiene el papel del cigarro, y el cadmio interfiere con la absorción y la utilización del cinc en el organismo, por lo que es más probable la deficiencia del mineral en personas fumadoras.
Tal y como se ha descrito anteriormente, la concentración de cinc en los testículos puede ser causa de infertilidad masculina, ya que es un mineral esencial para la formación del esperma, así como para la movilidad de los espermatozoides. A menudo una reducción de la ingesta de alcohol, tabaco y otras drogas, así como la prevención frente a contaminantes ambientales aumenta la producción de esperma.
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