A veces resulta difícil comprender que algo tan sencillo y básico para la supervivencia, como es mantenerse hidratado, implique tanto esfuerzo. Los líquidos, y concretamente, el agua son fundamentales para gozar de buena salud.
Aprende qué necesita tu cuerpo y cómo cubrir sus necesidades hídricas para llevar una vida saludable.
1. Lo que somos
El agua es el principal componente del cuerpo humano, constituye entre el 50 y el 70% del peso corporal y su renovación es imprescindible para la salud.
Ingerir la cantidad adecuada de líquido diario, además de saciar la sed, mejora la hidratación, regula el buen funcionamiento de las células, favorece el transporte de nutrientes, elimina toxinas y mantiene la temperatura corporal.
El ser humano puede estar varias semanas sin comer, pero sólo unos pocos días sin beber. El líquido es base de nuestra vida, por eso el balance hídrico debe ser equilibrado. Es decir la cantidad de líquido que entra en el cuerpo debe ser la misma cantidad que se elimina.
2. Importancia de mantenerse hidratados
La hidratación es esencial para nuestro organismo porque cumple una función vital. Pero investigaciones recientes como el Estudio Sociológico Hydra, elaborado por el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) (España), revelan que la mitad de las personas ingieren menos líquido del que necesitan para mantener una hidratación óptima.
La sociedad no está concienciada de la importancia de recuperar los líquidos que se pierden a lo largo del día mediante el sudor, la orina, la respiración o las heces y, además, desconocen los riesgos de la deshidratación. Así lo confirman los datos del Estudio Hydra, los encuestados declaran no beber hasta que no sienten sed.
La sed es un indicativo traicionero de las necesidades hídricas del cuerpo porque aparece de forma tardía cuando ya existe cierto grado de deshidratación. Cuando las células pierden agua, comienzan a contraerse y mandan un estímulo al cerebro que activará la sensación de sed.
Los expertos recomiendan beber antes de tener sed porque cuando surge esta sensación es porque nuestro cuerpo ya ha perdido un 1% de líquidos, si no se hace caso a esta alerta y se llega hasta el 5% se puede producir una aceleración del ritmo cardíaco, apatía, vómitos, debilidad y calambres musculares, que pueden tener peores repercusiones, si no se controlan adecuadamente.
3. Necesidades hídricas
Cada persona tiene unas necesidades específicas de hidratación. Los requerimientos de reposición para compensar el gasto diario dependen de múltiples factores como la edad, el sexo, el metabolismo de cada persona, las condiciones ambientales, el nivel de actividad física...
En condiciones ambientales normales y sin práctica deportiva, los expertos aconsejan ingerir aproximadamente dos litros de líquido diarios para las mujeres y casi tres, en hombres.
El modo más directo de reponer el agua que necesita el cuerpo es a través de la ingesta de líquido pero no es la única. Alimentos tales como la verdura y la fruta, contienen gran cantidad de agua que completa la hidratación.
4. Población de riesgo
El agua contenida en los alimentos junto con la que bebemos y otros líquidos que ingerimos, tienen que garantizar una correcta hidratación en todas las edades y circunstancias pero existen colectivos poblacionales que son más susceptibles a la deshidratación y, en todos ellos, es necesario vigilar los el balance hídrico.
Niños
La composición corporal del niño tiene mayores cantidades de agua y proporcionalmente sus necesidades son más altas. Pero, además, presenta mayor riesgo de deshidratación porque su sentido de la sed aún no se ha desarrollado.
En los lactantes no supone tanto problema porque los líquidos que necesitan se los aporta la leche materna. Pero a partir de los 4 ó 5 meses y hasta los 3 ó 4 años que comienzan a ser más independientes, la madre debe suministrar pequeñas cantidades de agua frecuentemente durante todo el día.
Ancianos
En los ancianos ocurre todo lo contrario que en los niños. Su composición está formada por menos agua y necesitan menor cantidad para mantenerse hidratados pero su problema es que con la edad, la sensación de sed se va perdiendo y se les olvida ingerir líquidos. A partir de los 60 años aumenta considerablemente el riesgo de deshidratación y es muy importante concienciar a los mayores de que beban con cierta frecuencia aunque no tengan sed, especialmente en las épocas de calor.
Deportistas
El grado de consumo promedio crece directamente con relación al grado de actividad porque la pérdida de agua a través del sudor aumenta. Una persona en condiciones normales pierde aproximadamente entre 2 y 3 litros de agua al día, cuando se practica deporte intenso se pueden perder hasta 2 litros por hora. En el deportista, la hidratación juega un papel muy importante. Deben hidratarse antes, durante y después de realizar cualquier actividad para conseguir el máximo rendimiento en condiciones físicas óptimas.
5. Alternativa al agua: Jugos (zumos), infusiones...
Muchas personas excusan su consumo insuficiente de líquidos alegando que no les gusta el agua, pero deben saber que, aunque el agua es un líquido esencial, se puede obtener niveles óptimos de hidratación a través de otras bebidas como los jugos , infusiones, refrescos, etc.
La variedad hace más fácil alcanzar la ingesta adecuada de líquidos. Algunos trabajos de investigación han demostrado que se bebe más cuanto mayor es la diversidad de sabores para elegir. Además de sabor, azúcares y energía, estas bebidas aportan una sensación placentera que incita a seguir consumiendo y ayudan a conseguir el aporte de líquidos con más facilidad.
6. Consejos
- El cuerpo necesita de un balance hídrico equilibrado que consiste en ingerir la misma cantidad de líquido que perdemos.
- Beber antes de tener sed porque esta sensación es tardía y sucede cuando ya existe una pequeña deshidratación.
- No esperar a las comidas para beber el agua necesaria porque en estos momentos no se consume tanta cantidad como se debiera.
- Tomar líquidos de forma fraccionada a lo largo de todo el día.
- Opta por otro tipo de bebidas si no quieres agua, lo más importante es recuperar los líquidos perdidos.
- Si se realiza una actividad intensa, consumir agua o bebidas deportivas para recuperar líquidos, pero también sales minerales como el sodio
Aprende qué necesita tu cuerpo y cómo cubrir sus necesidades hídricas para llevar una vida saludable.
1. Lo que somos
El agua es el principal componente del cuerpo humano, constituye entre el 50 y el 70% del peso corporal y su renovación es imprescindible para la salud.
Ingerir la cantidad adecuada de líquido diario, además de saciar la sed, mejora la hidratación, regula el buen funcionamiento de las células, favorece el transporte de nutrientes, elimina toxinas y mantiene la temperatura corporal.
El ser humano puede estar varias semanas sin comer, pero sólo unos pocos días sin beber. El líquido es base de nuestra vida, por eso el balance hídrico debe ser equilibrado. Es decir la cantidad de líquido que entra en el cuerpo debe ser la misma cantidad que se elimina.
2. Importancia de mantenerse hidratados
La hidratación es esencial para nuestro organismo porque cumple una función vital. Pero investigaciones recientes como el Estudio Sociológico Hydra, elaborado por el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) (España), revelan que la mitad de las personas ingieren menos líquido del que necesitan para mantener una hidratación óptima.
La sociedad no está concienciada de la importancia de recuperar los líquidos que se pierden a lo largo del día mediante el sudor, la orina, la respiración o las heces y, además, desconocen los riesgos de la deshidratación. Así lo confirman los datos del Estudio Hydra, los encuestados declaran no beber hasta que no sienten sed.
La sed es un indicativo traicionero de las necesidades hídricas del cuerpo porque aparece de forma tardía cuando ya existe cierto grado de deshidratación. Cuando las células pierden agua, comienzan a contraerse y mandan un estímulo al cerebro que activará la sensación de sed.
Los expertos recomiendan beber antes de tener sed porque cuando surge esta sensación es porque nuestro cuerpo ya ha perdido un 1% de líquidos, si no se hace caso a esta alerta y se llega hasta el 5% se puede producir una aceleración del ritmo cardíaco, apatía, vómitos, debilidad y calambres musculares, que pueden tener peores repercusiones, si no se controlan adecuadamente.
3. Necesidades hídricas
Cada persona tiene unas necesidades específicas de hidratación. Los requerimientos de reposición para compensar el gasto diario dependen de múltiples factores como la edad, el sexo, el metabolismo de cada persona, las condiciones ambientales, el nivel de actividad física...
En condiciones ambientales normales y sin práctica deportiva, los expertos aconsejan ingerir aproximadamente dos litros de líquido diarios para las mujeres y casi tres, en hombres.
El modo más directo de reponer el agua que necesita el cuerpo es a través de la ingesta de líquido pero no es la única. Alimentos tales como la verdura y la fruta, contienen gran cantidad de agua que completa la hidratación.
4. Población de riesgo
El agua contenida en los alimentos junto con la que bebemos y otros líquidos que ingerimos, tienen que garantizar una correcta hidratación en todas las edades y circunstancias pero existen colectivos poblacionales que son más susceptibles a la deshidratación y, en todos ellos, es necesario vigilar los el balance hídrico.
Niños
La composición corporal del niño tiene mayores cantidades de agua y proporcionalmente sus necesidades son más altas. Pero, además, presenta mayor riesgo de deshidratación porque su sentido de la sed aún no se ha desarrollado.
En los lactantes no supone tanto problema porque los líquidos que necesitan se los aporta la leche materna. Pero a partir de los 4 ó 5 meses y hasta los 3 ó 4 años que comienzan a ser más independientes, la madre debe suministrar pequeñas cantidades de agua frecuentemente durante todo el día.
Ancianos
En los ancianos ocurre todo lo contrario que en los niños. Su composición está formada por menos agua y necesitan menor cantidad para mantenerse hidratados pero su problema es que con la edad, la sensación de sed se va perdiendo y se les olvida ingerir líquidos. A partir de los 60 años aumenta considerablemente el riesgo de deshidratación y es muy importante concienciar a los mayores de que beban con cierta frecuencia aunque no tengan sed, especialmente en las épocas de calor.
Deportistas
El grado de consumo promedio crece directamente con relación al grado de actividad porque la pérdida de agua a través del sudor aumenta. Una persona en condiciones normales pierde aproximadamente entre 2 y 3 litros de agua al día, cuando se practica deporte intenso se pueden perder hasta 2 litros por hora. En el deportista, la hidratación juega un papel muy importante. Deben hidratarse antes, durante y después de realizar cualquier actividad para conseguir el máximo rendimiento en condiciones físicas óptimas.
5. Alternativa al agua: Jugos (zumos), infusiones...
Muchas personas excusan su consumo insuficiente de líquidos alegando que no les gusta el agua, pero deben saber que, aunque el agua es un líquido esencial, se puede obtener niveles óptimos de hidratación a través de otras bebidas como los jugos , infusiones, refrescos, etc.
La variedad hace más fácil alcanzar la ingesta adecuada de líquidos. Algunos trabajos de investigación han demostrado que se bebe más cuanto mayor es la diversidad de sabores para elegir. Además de sabor, azúcares y energía, estas bebidas aportan una sensación placentera que incita a seguir consumiendo y ayudan a conseguir el aporte de líquidos con más facilidad.
6. Consejos
- El cuerpo necesita de un balance hídrico equilibrado que consiste en ingerir la misma cantidad de líquido que perdemos.
- Beber antes de tener sed porque esta sensación es tardía y sucede cuando ya existe una pequeña deshidratación.
- No esperar a las comidas para beber el agua necesaria porque en estos momentos no se consume tanta cantidad como se debiera.
- Tomar líquidos de forma fraccionada a lo largo de todo el día.
- Opta por otro tipo de bebidas si no quieres agua, lo más importante es recuperar los líquidos perdidos.
- Si se realiza una actividad intensa, consumir agua o bebidas deportivas para recuperar líquidos, pero también sales minerales como el sodio